Todavía persiste un considerable desconocimiento sobre los procedimientos que se deben seguir cuando fallece alguien y se inicia el proceso de repartición de la herencia entre los hijos del fallecido. Esta situación es especialmente común cuando lamentablemente perdemos a nuestros padres.
En Muñoz y Quesada estamos aquí para ofrecerte nuestra asistencia en caso de que te encuentres frente a alguna dificultad en este proceso. En esta ocasión, te proporcionaremos toda la información necesaria sobre cómo se lleva a cabo la distribución de la herencia entre hermanos cuando existe un testamento.
Acudir al Registro Civil para la herencia entre hermanos
El primer paso tras el fallecimiento de alguien es dirigirse al Registro Civil para solicitar un certificado de defunción que confirme el fallecimiento de la persona.
Además, en el Registro Civil también se solicitará el certificado de últimas voluntades, el cual revelará si la persona dejó algún testamento u otra disposición testamentaria, así como la fecha y el notario ante el cual se realizó.
En este mismo registro, se obtendrá información sobre la existencia de un seguro de vida a nombre del fallecido.
Es crucial conocer el notario ante el cual se otorgó el testamento, ya que para proceder con la distribución de la herencia se requiere una copia autorizada del mismo, la cual solo puede ser expedida por la notaría correspondiente.
En ocasiones, puede darse el caso de que la notaría haya dejado de existir. No obstante, esto no representa un obstáculo, ya que la copia autorizada puede ser obtenida del notario archivero, quien guarda los protocolos de las notarías ya clausuradas.
Averiguación del patrimonio para aceptar la herencia entre hermanos
Para averiguar los activos del fallecido, el primer paso es dirigirse al Registro de la Propiedad, donde se puede obtener una Nota Simple que detalla los bienes registrados a nombre del difunto.
Además, para conocer el saldo disponible, se debe acudir al banco correspondiente presentando el certificado de defunción, lo que permitirá obtener información sobre el estado de las cuentas bancarias del fallecido.
En caso de que el difunto posea vehículos, será necesario presentar el permiso de circulación para obtener información sobre los mismos.
Estas acciones nos proporcionarán un conocimiento completo del patrimonio del fallecido, el cual será objeto de distribución.
Los trámites ante el notario
Una vez recopilada toda la información necesaria y tras completar los trámites correspondientes, nos dirigimos al notario con la copia autorizada del testamento en mano.
En presencia del notario, procedemos a llevar a cabo la aceptación de la herencia entre los hermanos. Se procede a la lectura del testamento y se convoca a las personas mencionadas en él como herederos.
Es relevante tener en cuenta si el fallecido contaba con cónyuge o si era viudo, ya que en muchas ocasiones esto conlleva la establecimiento de un usufructo vitalicio a favor del cónyuge sobreviviente. En este caso, los hijos heredarían los bienes, pero no podrán tomar posesión de los mismos hasta el fallecimiento del cónyuge.
El coste asociado al trámite de aceptación de herencia variará según la cantidad y tipo de bienes a repartir. Cuantos más bienes haya, mayor será el precio del trámite.
Es recomendable optar por la modalidad de “aceptación de herencia a beneficio de inventario”, ya que esta fórmula permite cubrir los gastos de la herencia con el propio patrimonio heredado, evitando que afecte al patrimonio propio.
Además, en presencia del notario, también se pueden liquidar los impuestos relacionados con la sucesión. Es importante destacar que los primeros 100.000 euros de cada heredero están exentos de impuestos. Aunque no sea necesario pagar, es fundamental liquidar el impuesto a través del modelo 650 de la Agencia Tributaria.
Las legítimas
En Andalucía, al igual que en otras regiones de España, existe la figura de la legítima, que es la porción mínima de la herencia que los descendientes tienen derecho a recibir. Sin embargo, en Andalucía, las leyes de sucesión pueden tener ciertas particularidades en cuanto al cálculo y distribución de la legítima.
En esta región, la legítima puede variar en función de la situación familiar y de otros factores específicos. Por ejemplo, si el fallecido deja cónyuge viudo y descendientes, la legítima se dividirá entre el cónyuge y los hijos. En el caso de que solo existan hijos como descendientes, la legítima se distribuirá entre ellos.
Además, en Andalucía, la legítima puede ser del 33% de la herencia, aunque este porcentaje puede variar dependiendo de la situación concreta y de las disposiciones legales aplicables en cada caso.
Es importante tener en cuenta que las leyes de sucesión pueden estar sujetas a modificaciones y actualizaciones, por lo que es recomendable consultar a un experto legal o notario para obtener información precisa y actualizada sobre la legítima en Andalucía en el momento concreto de la sucesión.
Cambio de titularidad
Una vez se ha procedido a la apertura del testamento y se ha realizado la asignación de los bienes correspondientes, llega el momento de cambiar la titularidad de los mismos. Para ello, se debe acudir al Registro de la Propiedad y presentar la documentación requerida para solicitar el cambio de nombre. Una vez completado este trámite, se da por concluido el proceso de herencia de dicho bien.
Problemas comunes en las herencias
La distribución de herencias entre hermanos puede convertirse en un proceso complejo y conflictivo, alejado de la simplicidad que idealmente debería caracterizarlo. En muchos casos, estas situaciones pueden desencadenar disputas familiares y tensiones que dificultan el proceso.
En Muñoz y Quesada Abogados comprendemos la sensibilidad y complejidad de estas situaciones y estamos preparados para ayudarte a resolver cualquier controversia que surja. Ya sea para reclamar bienes o derechos que consideres que te corresponden o para agilizar y gestionar todos los trámites necesarios, estamos aquí para brindarte asesoramiento legal y garantizar que el proceso se lleve a cabo conforme a la ley y de manera justa y equitativa para todas las partes involucradas.