El testamento ológrafo es un tipo de testamento regulado por el artículo 688 del Código Civil, en el que una persona deja constancia de sus últimas voluntades de manera manuscrita. Se caracteriza por ser un documento escrito y firmado íntegramente de puño y letra por el testador, sin la intervención de un notario durante su elaboración.
Características del testamento ológrafo
Este tipo de testamento solo puede ser realizado por mayores de 18 años y debe incluir:
- La fecha exacta de redacción: Es imprescindible para determinar su validez temporal.
- La firma del testador: Asegura la autoría del documento.
- Tachaduras o enmiendas aclaradas al final del texto: Estas deben ser confirmadas con la firma del testador para evitar alteraciones externas.
Según el Código Civil, tras el fallecimiento del testador, el documento debe presentarse ante notario dentro de los diez días siguientes. En ese momento, se procede a autenticar su autoría y veracidad para garantizar que cumple con las disposiciones legales.
¿Por qué elegir un testamento ológrafo?
Esta modalidad puede ser una alternativa rápida y económica para otorgar testamento o modificar voluntades previamente establecidas. Además, permite a los extranjeros redactarlo en su idioma natal, siempre que cumpla con las formalidades legales.
Sin embargo, este tipo de testamento no es el más habitual debido a ciertos riesgos. Al no contar con el asesoramiento de un notario, existe la posibilidad de incluir cláusulas contrarias a la ley, lo que podría invalidar total o parcialmente el documento.
Por ejemplo, no es posible desheredar a un hijo sin una causa legal justificada o asignar bienes de forma que contravenga la legítima hereditaria establecida por la legislación española.
¿Es válido un testamento ológrafo?
Sí, siempre y cuando cumpla con los requisitos legales establecidos.
Sin embargo, por su carácter informal, es más susceptible de ser impugnado en comparación con un testamento otorgado ante notario. Por ello, aunque es una opción válida, los expertos recomiendan optar por la vía notarial para garantizar la seguridad jurídica y evitar futuras controversias familiares.
El testamento ológrafo es una herramienta útil en situaciones específicas, pero su simplicidad también implica ciertos riesgos. Si decides recurrir a esta opción, asegúrate de cumplir con todas las formalidades legales para evitar problemas posteriores.
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