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En un proceso de divorcio en España con hijos, es esencial determinar qué tipo de guarda y custodia se aplicará a los menores. Dado que cada pareja tiene circunstancias diferentes, la legislación española contempla varios tipos de custodia para adaptarse a cada caso. En este artículo, haremos un repaso de todas las opciones disponibles para ayudar a comprenderlas.
La custodia monoparental
La custodia monoparental, aunque poco a poco está siendo desplazada por la custodia compartida, sigue siendo la más habitual en España. Esta modalidad implica que solo uno de los progenitores se encarga del cuidado diario de los hijos menores, ya sea la madre o el padre. Sin embargo, la mayoría de las veces se elige a la madre como progenitora custodia.
En este caso, el progenitor custodio, a no ser que se acuerde lo contrario y sea aprobado por el juez, tendrá derecho al uso de la vivienda familiar y a gestionar la pensión de alimentos correspondiente a los hijos. El progenitor no custodio, es decir, aquel que no reside habitualmente con los niños, debe abonar la pensión de alimentos sin detrimento de una posible pensión compensatoria.
Por otro lado, al progenitor no custodio le corresponden cuatro derechos: el derecho de comunicación, el derecho de visita, el derecho de estancia y el derecho de información.
- El derecho de comunicación le permite comunicarse con sus hijos por cualquier vía sin limitación, pero respetando los hábitos del menor en términos de horario de clases y estudio.
- El derecho de visita le permite visitar a sus hijos durante unas horas una o dos tardes a la semana sin necesidad de pernocta por parte del menor.
- El derecho de estancia le permite estar con sus hijos durante varios días o semanas, lo que puede implicar que el menor pernocte en su domicilio.
- Finalmente, el derecho de información le obliga a ser informado de cualquier cuestión relevante por parte de las instituciones educativas y sanitarias, así como por el progenitor custodio, ya que aunque no tenga la guarda y custodia de sus hijos, mantiene la patria potestad mientras sean menores de edad.
La custodia compartida
La custodia compartida se está convirtiendo en una opción cada vez más popular en España. Los expertos la consideran la mejor alternativa para el bienestar emocional de los hijos. En la custodia compartida, ambos progenitores tienen los mismos derechos y obligaciones en cuanto a la crianza de los menores, incluyendo los períodos de convivencia, que suelen ser alternos.
Para que se conceda la custodia compartida, es necesario que ambos padres residan en el mismo municipio y cerca del colegio de los niños, por lo general a menos de 30 kilómetros. También es importante que tengan una buena relación entre ellos.
Existen varios tipos de custodia compartida, como la que implica domicilios rotativos para los hijos, la que implica un domicilio fijo para los hijos y una rotación temporal de los padres, la coexistencia de los padres en la misma vivienda o la custodia compartida por igual o diferente período de permanencia.
- Custodia con domicilio rotatorio de los hijos: en este caso, cada progenitor tiene su propia vivienda y los hijos se trasladan de una a otra según corresponda.
- Custodia con domicilio fijo de los hijos: los menores residen siempre en la misma vivienda, mientras que los padres rotan temporalmente para ocupar la vivienda familiar.
- Custodia coexistente: los padres, a pesar de estar divorciados, viven juntos en el mismo domicilio, lo que evita que los hijos tengan que desplazarse.
- Custodia por igual período de permanencia: cada progenitor convive con los niños por el mismo lapso de tiempo que el otro.
- Custodia por diferente período de permanencia: los menores pasan más tiempo con uno de los progenitores que con el otro. Esta situación se da a menudo cuando uno de los padres tiene que viajar mucho por cuestiones de trabajo, pero aún así accede al régimen de divorcio y custodia compartida.
¿Qué ocurre con la vivienda entonces? En cuanto a la vivienda familiar, el juez decidirá si se atribuye su uso a uno de los progenitores, si se vende para adquirir dos nuevas viviendas o si se toma cualquier otra medida que considere apropiada en función de las posibilidades económicas de los padres y el bienestar de los hijos.
Guarda y custodia atribuida a un tercero
La Guarda y Custodia atribuida a un tercero es una medida excepcional que solo se puede establecer en base al interés del menor y no por otros motivos. Por lo general, se otorga a los abuelos, pero el artículo 103 del Código Civil también menciona a otros parientes cercanos (como hermanos económicamente emancipados, tíos, etc.), personas sin parentesco que lo consientan o instituciones adecuadas para este fin.
Este tipo de custodia solo se concede en circunstancias extraordinarias, como casos de maltrato o abandono familiar. Es una medida que se toma con el objetivo de proteger el bienestar del menor y garantizar su seguridad.
Guarda y custodia partida
La guarda y custodia partida, también conocida como guarda y custodia distributiva, es un tipo de custodia poco común y solo puede ser otorgada por un juez si hay razones justificadas para hacerlo.
Este tipo de custodia implica la separación de los hermanos y por lo tanto, se considera una medida excepcional. Es difícil que se otorgue, ya que suele ser necesario justificar situaciones muy específicas, como por ejemplo, que un menor de 12 años se niegue a convivir con uno de sus progenitores a pesar de tener la custodia monoparental, o que solo uno de los progenitores pueda ofrecer la posibilidad de estudiar en el extranjero a uno de los hermanos.
En general, se trata de situaciones muy particulares en las que el interés superior del menor debe ser evaluado con cuidado por el juez antes de tomar una decisión.
El papel de un abogado a la hora de establecer la custodia de un menor
La custodia de un menor es un tema muy delicado y complejo que requiere de una atención y conocimientos especializados para ser tratado de manera adecuada. En este sentido, la figura del abogado es fundamental para tramitar la custodia de un menor.
A continuación, te presento algunas razones por las que es importante contar con un abogado en este proceso:
- Asesoramiento legal: Un abogado especializado en derecho de familia puede asesorarte sobre los derechos y obligaciones de los padres y del menor en el proceso de custodia. Además, puede explicarte los diferentes tipos de custodia (compartida, exclusiva, etc.) y ayudarte a elegir la opción que mejor se adapte a tus necesidades y a las del menor.
- Representación legal: El abogado actúa como representante legal del cliente ante los tribunales, presentando y defendiendo su caso de manera adecuada y profesional.
- Conocimiento del sistema judicial: Los abogados están familiarizados con el proceso judicial y conocen los procedimientos y los plazos necesarios para tramitar la custodia de un menor. Esto les permite gestionar el caso de manera más eficiente y efectiva.
- Reducción del estrés emocional: Un abogado puede ayudarte a manejar el estrés emocional que puede surgir durante el proceso de custodia, ya que actúa como intermediario entre las partes y proporciona una perspectiva objetiva.
En definitiva, contar con un abogado para tramitar la custodia de un menor es fundamental para garantizar que el proceso se lleve a cabo de manera adecuada y que los intereses del menor sean protegidos.
Siempre velar por el bienestar de los hijos
En última instancia, el proceso de divorcio es doloroso para los hijos y cada paso puede ser difícil de sobrellevar. Por esta razón, al establecer el régimen de custodia, los jueces otorgan prioridad absoluta al bienestar psicológico y social de los menores. Esperamos haber aclarado los diferentes tipos de custodia y haber ayudado a determinar cuál es la más adecuada en caso de estar atravesando un proceso de separación.