Las herencias, en muchas ocasiones, se presentan como un regalo envenenado, ya que su recepción no viene exenta de costes. Ya sea en forma de dinero en efectivo o propiedades, el aumento del patrimonio se traduce en una factura fiscal que Hacienda exige. La lógica es simple: a mayor tamaño de la herencia, mayores impuestos afrontarás. Sin embargo, existen factores adicionales que influencian la cantidad de impuestos a pagar:
- Grado de parentesco: El grado de relación con el difunto juega un papel crucial en la cantidad de impuestos a pagar. Pareja o hijos pagarán menos, mientras que primos segundos enfrentarán tasas más elevadas.
- Tamaño del patrimonio: A medida que el valor de la herencia crece, también lo hacen los impuestos.
- Menores y discapacitados: Los costes son inferiores para estos grupos.
- Legislación autonómica: La comunidad autónoma donde residía el fallecido determina las tasas. Esto conduce a una variación en las tasas que oscilan entre el 9% y el 35% del valor de los bienes. Para ponerlo en perspectiva, una casa valorada en 200.000 euros puede resultar en un desembolso de entre 18.000 y 70.000 euros, lo cual puede generar preocupación.
Dadas estas implicaciones, no es sorprendente que muchas personas rechacen las herencias o pongan propiedades en venta de manera apresurada, a menudo por debajo del valor real, solo para satisfacer las demandas fiscales.
Sin embargo, existen alternativas para mitigar el impacto económico:
Soluciones Previas al Fallecimiento
Establecer acuerdos entre propietarios y futuros herederos con el fin de minimizar la carga fiscal. Tres propuestas destacan:
- Donación: La transferencia anticipada de bienes en vida, aunque no exenta de impuestos, puede reducir la factura. Sin embargo, esta práctica también se encuentra sujeta al Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD) establecido por las comunidades autónomas.
- Dividir la Herencia: Distribuir el legado entre varios beneficiarios puede ser efectivo para disminuir el monto de los impuestos. Esto puede llevarse a cabo entre el cónyuge y los hijos, por ejemplo, compartiendo la carga fiscal equitativamente.
- Priorizar a Menores o Discapacitados: Dado que estas categorías pagan menos impuestos, considerar que sean los beneficiarios puede ser una estrategia viable y de confianza.
Estrategias Después de Recibir la Herencia
Para aliviar la carga fiscal después de recibir la herencia, existen dos opciones principales:
- Pago Fraccionado: Solicitar el fraccionamiento del impuesto, que puede extenderse hasta cinco años, siempre que se haga dentro de los cinco meses posteriores a la efectividad de la herencia. Además, si eres cónyuge, ascendiente o descendiente mayor de 65 años y conviviste con el fallecido en la vivienda heredada, puedes aplazar el pago por tres años, acompañado de un aval del 125% del valor de la herencia.
- Préstamo con Garantía Hipotecaria: Si el fraccionamiento no es viable, algunas entidades ofrecen préstamos con garantía hipotecaria que pueden llegar hasta el 40% del valor de tasación de la propiedad.
En resumen, las herencias conllevan costos fiscales que pueden ser evitados o reducidos con una planificación adecuada. Con una comprensión clara de las implicaciones y opciones legales disponibles, se puede garantizar una transferencia más fluida y económica de patrimonio. En definitiva, la orientación legal y financiera adecuada puede hacer que la experiencia de recibir una herencia sea más llevadera y menos abrumadora.
Además de considerar estas estrategias, es crucial recordar que la planificación y ejecución de acciones para reducir los impuestos en una herencia pueden ser complejas y sujetas a regulaciones cambiantes. Ante este panorama, es altamente recomendable buscar el asesoramiento de un abogado especializado en derecho de sucesiones y fiscalidad.
Un profesional experimentado en estas áreas puede proporcionar una visión completa de las opciones disponibles, teniendo en cuenta las leyes vigentes y las particularidades de cada situación. El abogado no solo puede orientar en la elección de las estrategias más adecuadas, sino también asegurarse de que todos los aspectos legales y fiscales sean tratados de manera adecuada y acorde a la normativa vigente. En última instancia, contar con un experto en el campo puede ser la clave para tomar decisiones informadas y eficaces, evitando así futuros problemas legales y financieros.