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El acto de conciliación laboral es un procedimiento muy importante cuando se lleva a cabo una reclamación por vía judicial a una empresa. Por medio de este acuerdo, lo que se intenta conseguir es un acuerdo que evite el juicio.
¿Qué es una conciliación laboral?
Cuando un trabajador presenta una demanda ante la empresa que lo ha contratado, ya sea actualmente o en el pasado (ya sea por un despido, por una bajada de salario o cualquier otro motivo) la ley obliga a que ambas partes se reúnan en el juzgado e intenten acordar una solución que les impida la celebración del juicio. Esa reunión es lo que conocemos como acto de conciliación laboral.
Un acto de conciliación laboral es un proceso en el que se intenta resolver un conflicto laboral entre un empleador y un empleado o un grupo de empleados, con la ayuda de un tercero neutral, que puede ser un mediador o un conciliador.
El objetivo del acto de conciliación laboral es llegar a un acuerdo amistoso que satisfaga tanto al empleador como al empleado, evitando así la necesidad de acudir a un procedimiento judicial. En este proceso, el tercero neutral ayuda a ambas partes a identificar los problemas y a encontrar soluciones que satisfagan sus intereses y necesidades.
El acto de conciliación laboral puede ser iniciado por cualquiera de las partes o puede ser ordenado por un juez o una autoridad administrativa en caso de que se haya presentado una demanda laboral. El acto de conciliación laboral puede ser una alternativa más rápida y económica que un juicio laboral para resolver un conflicto.
Pautas previas al acto de conciliación entre trabajador y empresa
Imaginemos la situación de un empleado que ha sido despedido por su empleador, quien alega causas objetivas relacionadas con cambios organizativos que el trabajador considera falsas. Una vez finalizada su relación laboral, el empleado debe seguir los siguientes pasos:
Primero, presentar una papeleta de conciliación en el Servicio de Mediación y Arbitraje (SMAC), que depende de cada comunidad autónoma y puede tener un nombre diferente. Este documento debe contener el nombre del empleado, el de su empresa y una descripción detallada de su relación laboral, así como lo que se está reclamando. No se requiere la asistencia de un abogado laboralista para redactarla, pero se recomienda encarecidamente.
Luego, la papeleta de conciliación se enviará al órgano de mediación y arbitraje, que notificará a la empresa que ha recibido una reclamación de uno de sus trabajadores y le informará de su contenido.
Por último, se fijará una fecha para la celebración del acto de conciliación, en la que tanto el empleado como el empleador deberán comparecer ante el juzgado competente.
¿Qué ocurre en el acto de conciliación?
Cuando llega la fecha del acto de conciliación, hay tres posibles situaciones que pueden ocurrir:
En la primera situación, tanto el empleador como el empleado se presentan al acto y se reúnen con un letrado conciliador, cuyo trabajo consiste en documentar lo que sucede durante el proceso, pero no en mediar entre ambas partes.
En la segunda situación, solo el empleador se presenta al acto. En este caso, el Servicio de Mediación y Arbitraje (SMAC) asume que el trabajador ha renunciado a su reclamación y emite un acta de conciliación que respalda al empleador y valida el despido, siempre y cuando el empleado no haya faltado sin justificación.
En la tercera situación, solo el empleado se presenta al acto. Al igual que en el caso anterior, el letrado conciliador finaliza el proceso, y el siguiente paso para el trabajador sería presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social correspondiente si desea seguir adelante con su reclamación.
Aunque no es común, puede darse el caso de que ni el empleador ni el trabajador se presenten al acto de conciliación, lo que resulta en la cancelación del caso.
Cabe destacar que tanto el empleador como el empleado pueden otorgar un poder a un abogado laboralista, para que los represente durante el acto de conciliación.
La conclusión del acto de conciliación laboral
Según el caso mencionado previamente, al finalizar el acto de conciliación laboral, el letrado conciliador elaborará un acta que reflejará una de las siguientes situaciones:
- Acta de conciliación laboral sin acuerdo: cuando el empresario y el trabajador no llegan a un acuerdo.
- Acta de conciliación laboral con acuerdo: cuando ambas partes llegan a un acuerdo.
- Acta de conciliación laboral sin efecto: cuando el empresario no asiste al acto.
- Acta de no presentación: cuando el trabajador no se presenta en la reunión sin justificación previa.
- Acta de desistimiento: cuando el trabajador decide retirar sus reclamaciones y no continuar con el proceso.
Si no se llega a un acuerdo o el acto queda sin efecto por la falta de asistencia del empresario, la siguiente etapa será presentar una demanda en el Juzgado de lo Social, y en este caso, es necesario contar con la asesoría y representación de un abogado.
¿Cómo debo actuar en un acto de conciliación?
Es fundamental asistir al acto de conciliación con una actitud conciliadora y dispuestos a llegar a un acuerdo. Sin embargo, ¿cómo saber cuáles son las demandas realistas? En este punto, es importante contar con la asesoría de un abogado laboralista, quien con su amplio conocimiento en las leyes laborales, puede estudiar el caso y establecer la mejor estrategia.
El abogado será el experto en negociación en el acto de conciliación y, aunque el trabajador puede decidir representarse a sí mismo, la experiencia sugiere que los resultados son menos satisfactorios. Por lo tanto, si tiene un acto de conciliación próximo, le recomendamos contratar los servicios de un abogado especializado y experimentado para que lo represente. Esperamos haber aclarado todas sus dudas acerca de este proceso.